Hace 4.400 años los egipcios ya se atrevían a representar sin ropa a
miembros de la corte. En el Renacimiento, las pinturas religiosas de Miguel Ángel
mostraban desnudez, pero el papa Paulo IV en 1559 mandó a cubrir con
ropas las partes íntimas de las figuras del “Juicio Final” de la Capilla
Sixtina.
Así, la Contarreforma fue una piedra en el zapato que
se encargó de cubrir con hoja de parra la desnudez de Adán y Eva, y con
un manto de pureza la crucifixión de Jesús. El arte contra la religión.
En pleno siglo XXI la historia se repite. La artista plástica Cristina Planas ha sido blanco de críticas de parte de grupos católicos, que consideran a su muestra escultórica “Así sea”, una “blasfemia”.
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El sociólgo Gonzalo Portocarrero escribe sobre esta exposición:
“La muestra Así sea es una oración personal donde Cristina Planas enfrenta el abrumador sentimiento de la muerte con la perentoria necesidad de la esperanza. La artista trata de conjurar el horror, le da forma, lo nombra. Y busca refugiarse de su invasión con sus imágenes y afectos familiares. No se trata de un discurso pastoral, tranquilizador, es sobre todo una exhibición de sus desgarros e incertidumbres.”
Luego comenta:
“Pero si esta muestra no es un exhibicionismo, si es capaz de golpearnos, es porque da forma a inquietudes compartidas. Y ciertamente vivimos en una época compleja, donde hay muy pocas certezas y demasiados vacíos. Una época que esconde la muerte y el límite y que exalta la juventud y el desenfreno como valores supremos. Una época por tanto superficial y veladamente angustiante pues el culto de lo efímero no ayuda a dar cara a la realidad desmedida de la muerte.”
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Fuentes: RPP
Fuentes: LA MULA.PE
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