Despues de la resaca comercial de las fiestas navideñas, me puse a buscar algo de información de un personaje del que escuche hablar en uno de los tantos especiales navideños que se emiten en diciembre (por lo menos algo interesante pasaron), ahi colandose entre "mi pobre angelito" y "milagro en la calle 34" estaba el Krampus.
No es una novedad que la navidad se ha impuesto sobre, no solo una, sino
varias celebraciones paganas que tenían como objeto el culto al
solsticio de diciembre, y no sólo fue en Roma: cuando el cristianismo se expandió al resto del
mundo, tuvo que imponerse sobre otras celebraciones, es asi que en época del solsticio de
diciembre, en Europa alpina la gente acostumbraba a
disfrazarse de personajes mitológicos, entre ellos era
popular el pintoresco Krampus. Al parecer el cristianismo nunca pudo hacer que la gente olvidara semejante personaje, y las razones parecen ser más que evidentes, no solo por lo pintoresto del personaje sino que este representar la eterna lucha entre el bien y el mal, la dualidad humana, y el gusto por el castigo y la reprimenda por las cosas moralmente erradas.
En el folclor europeo Krampus se presenta como un demonio navideño, compañero entrañable de San
Nicolás y encargado del trabajo sucio, mientras el santo repartía presentes a los niños buenos,
Krampus los recibia con su gran lengua, a azotes y secuestraba en su canasta a los niños malcriados llevandolos al infierno por un día.
Antes del siglo XX
era común ver juntos a ambos personajes en las tarjetas navideñas aunque está demás decir que se fue excluyendo al incomprendido demonio por lo siniestro de su tarea, aunque hay que rescatar que en algunos lugares se le sigue recordando
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